domingo, 18 de marzo de 2012

GOYA Y LA ILUSTRACIÓN. EL SUEÑO DE LA RAZÓN




El célebre grabado de Goya, producido en 1.797, ha sugerido multitud de comentarios ya que parece simbolizar con una plasticidad magnífica el espíritu de la Ilustración.
Cuando la razón duerme, asoman y nos rodean los monstruos de la religión, de los prejuicios, de las supersticiones que nos ponen en manos de frailes, brujas y viejas enredadoras, como el propio pintor ilustra con genialidad en sus Caprichos y Disparates, así como en las Pinturas Negras.
Sin embargo, el título encierra una ambigüedad inquietante. ¿Es la hora de los monstruos la de la Razón dormida, o es acaso el llevar hasta el extremo los sueños racionales, los sueños ilustrados, lo que produce estos horrorosos resultados?
¿La Razón que duerme, o la Razón que sueña?

En esta cuestión hallamos el símbolo de la gran controversia que nos sitúa entre dos opciones opuestas:
1.    Lo tradicional, con su control social, su tiranía religiosa y su moral negadora de la autonomía individual, su pensamiento mágico-naturalista, pero también sus sistemas de integración individuo/grupo y su respeto del orden natural…

2.    Lo moderno, con sus opciones teóricas de autonomía moral y el control técnico y científico de la naturaleza pero con consecuencias tales como la soledad individual alienante, la cosificación del individuo, convertido – también de forma alienante – en objeto de compraventa en el llamado “mercado de trabajo”, la producción de artefactos de destrucción masiva, con la tecnificación de la muerte a gran escala, la conversión de la sociedad en una selva en la que se esconde bajo términos como “competencia” y “mercado” la sorda lucha de todos contra todos…

¿Hemos de optar por un camino o por otro, aun cuando ambos parezcan conducirnos a un infierno?
Simplificando de un modo excesivo, pero que puede resultar clarificador, ¿nos quedamos con los demonios de la monarquía, del papa, de las teocracias y de los integrismos o con la destrucción irrefrenable a que nos abocan el “pensamiento único” y el “mercado global”?
Goya comenzó su obra con la luminosidad que da la esperanza en la Razón. Aunque permanezcan visibles las sombras que acompañan al costumbrismo, es el color el que domina la escena.

 

La Gallina Ciega. Goya, 1.788-89

Sin embargo, los acontecimientos le conducen poco a poco a prescindir del color, adelantando soluciones estéticas que encontraremos más tardíamente en la pintura romántica, en el expresionismo o en el surrealismo.
¿Qué acontecimientos son esos? Hay dos supuestos al uso: Primero, su enfermedad de 1.792-93, que acabó dejándole sordo. Segundo, la realidad terrible de la guerra que parece alejar definitivamente la Racionalidad de la escena española y le obliga a él mismo a su exilio final.
No obstante, algo más se esconde tras la desolación del pintor ilustrado. Podemos analizarlo simbólicamente en su obra Los fusilamientos del 3 de mayo. En esta obra maestra se encuentran enfrentadas dos fuerzas antagónicas. Por un lado, el ejército francés. Por otro, los rebeldes patriotas españoles alzados en Madrid contra el ejército invasor.
El ejército francés, en el que tantos ilustrados españoles, sin duda también Goya, habían puesto sus esperanzas, ejemplifica desde su orden y su perfecto anonimato individual el horror de la Razón y la técnica modernas al servicio de la opresión y la muerte.


 














Los Fusilamientos del Tres de Mayo. Goya 1.814

Por su parte, el pueblo es pintado con rasgos sencillos, casi groseros. El personaje central aparece como un crucificado y su rostro le individualiza frente a la ciega máquina colectiva que se sitúa frente a él. Recibe sobre su camisa blanca toda la luz del farol, que casi parece emanar del propio fusilado.
Los que materializaron la esperanza en las luces se han tornado frías, anónimas y oscuras máquinas de poder y exterminio.

Ésa es la tensión que supo vislumbrar Goya. Ésa es la tensión característica que recorre la historia de la modernidad, oscilando siempre entre los cantos de sirenas de la salvación racional teorizada en la idea de Progreso y la constatación del gigantesco fraude, en el que lo prometido como liberador y luminoso nos sume – y se sume – en la oscuridad con su ciego afán de dominio.
Goya supo dar cuenta de ambas interpretaciones de su grabado. La Razón produce monstruos cuando sueña, pero no sólo cuando sueña dormida.

2 comentarios:

  1. Desde luego Borja se te hecha de menos una vez que sales del instituto y pasas la selectividad piensas que adiós y muy buenas que vienen mejores tiempos pero más bien es un tiempo desagradable hasta que pasen las asignaturas que los universitarios llamamos "relleno y introducción" en las cuales no se avanza si no te estancas, por cierto que en una de estas nos explicaron las teorías sobre la administración como (pseudo)ciencia con algunos autores y creo que Adam Smith y mi Fede Taylor son un poco platónicos por los menos bastante porque se nota y se ve, eso sí tengo que reconocer que me gustan más Platón, mi gran amigo Nietzsche(Perdón si lo escribo mal) y Manolito Kant. Venga saludos y animo para el lunes que vosotros tenéis clase en la UMH hacemos puente y en Alicante por contrariarnos van a clase

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  2. Oye Borja buenos posts los tuyos en deseducativos.com, y lo del año sabático pues porque no total de media se trabaja para pagar impuestos hasta hoy así que porque no ir realizando una rotación del profesorado que cada x años tengan un año en el cual digamos que puedan hacer lo que quieran, tal vez así se podría incentivar la eliminación de las <> que se salvan para final de curso siempre para pillar la selectividad y que no tengo el placer de conocer casos en nuestro instituto pero si que me han hablado de ello y gente que lo sabe bien porque sustituyen todo el año excepto una pequeña parte del curso

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