martes, 12 de mayo de 2009

NIETZSCHE Y EL ARTE

W. Kandinsky


El arte europeo ha experimentado unos cambios espectaculares desde el siglo XIX, cambios que han dado lugar a todo tipo de polémicas, lugares comunes, libros sesudos, fraudes notables y a un considerable distanciamiento entre los estilos llamados vanguardias y una buena parte del público.
El texto de Nietzsche que leemos para selectividad, Sobre verdad y mentira en sentido extramoral, es importante para comprender este fenómeno. En esta obra Nietzsche desarrolla una crítica del lenguaje basada en la denuncia de lo que a su juicio es el gran error (necesario, pero error) de identificar verdad y concepto, tesis que se remonta a Sócrates y recorre toda la cultura occidental a través de las obras de Platón, Aristóteles, el cristianismo, Descartes y los racionalistas, Kant…
El concepto, nos dice el filósofo alemán, no es más que una metáfora, tan válida como cualquier otra, consolidada y sacralizada por un pacto gregario que la eleva a la consideración de verdad única, destruyendo así el resto de perspectivas posibles en la mirada del hombre sobre el mundo.
Cada lengua actualiza los conceptos en las palabras que le son propias. Pero la palabra, al fin y al cabo, no es sino la metáfora de un concepto que a su vez es metáfora de una impresión que tampoco es en absoluto el objeto mismo. Por ello la distancia entre las palabras y las cosas es abismal, viendo en ello Nietzsche una prueba clara de la arbitrariedad que, al fin y al cabo, sustenta al sistema conceptual racional y científico.
Esta conclusión le hace defender un uso libre del lenguaje. Invita a la creación, al experimento, a la metáfora libre al estilo de lo que los poetas llevan ya mucho tiempo haciendo. Si extendemos esta conclusión a los lenguajes artísticos encontramos que el discurso figurativo que pretende reflejar la realidad copiándola con una forma más o menos bella estalla en mil pedazos. Los artistas del siglo XX continúan la tarea ya emprendida en el XIX por los antiacadémicos y renuncian a ese lenguaje único para dar a su expresión y a su representación del mundo el carácter de metáforas libres, de experimento perpetuo.
Igual que nos perdemos en alguna obras literarias o en algunas películas cuando el autor quiebra las convenciones del lenguaje y los presupuestos espacio-temporales, así nos sentimos ajenos a unos cuadros o a unas esculturas cuya comprensión nos exige esfuerzo sin la garantía plena de lograrla. Pero cada corriente artística, cada autor, trata de materializar una perspectiva diferente de la realidad siendo así el conjunto una experimentación constante con el lenguaje mismo.
De ahí que Gottfried Benn, escritor alemán de la corriente existencialista, considerara a Nietzsche como el gran gigante intelectual del siglo XX. Sobre la música, algo pondremos por aquí más adelante…

4 comentarios:

  1. Borja, he enlazado esta entrada a una de las mías en la que se contextualiza el origen del arte contemporáneo; me ha parecido interesante para darle al personal un punto de vista más profundo sobre los nuevos caminos que el artista, más que el arte, comienza a explorar en los últimos años del siglo XIX.
    Saludos

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  2. Muy amable, Tomás. Y acertada la precisión. Si en algún momento es apropiada, es en este contexto en el que se desvanecen los grandes relatos artísticos y nos vemos cara a cara con las perspectivas parciales, con los fragmentos, con los gestos.

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  3. moya_044@hotmail.com2 de junio de 2010, 1:44

    hola tendria alguna obra de arte relacionado con la genealogia de la moral de nietzsche...desde ya muchas gracias

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  4. Le doy vueltas y de momento no caigo en ninguna obra directamente relacionada con la "Genealogía..."
    Sigo pensando en ello...

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