martes, 3 de diciembre de 2013

ENTENDER LA LOMCE LEYENDO A PLATÓN




 
  Atenas. Vista de la Acrópolis desde la ciudad.



Algunas claves sobre el casi total exterminio de la Filosofía en la Ley Wert. Esto lo escribió Platón hace milenios, forma parte del Libro VII de La República, pero sigue explicando muy bien las cosas que pasan hoy:



Sócrates- La falta en que se incurre en nuestros días y que tanto daño ha causado a la filosofía procede, como ya hemos dicho, de la poca consideración en que se tiene la dignidad de esta ciencia, porque no está hecha para espíritus bastardos, sino para verdaderos y legítimos talentos.
Glaucón-¿Cómo entiendes eso?
Sócrates- Por lo pronto, los que quieran dedicarse a ella deben ser de tal suerte que nada haya que decir de ellos en razón de amor al trabajo. No basta que en parte sean laboriosos y en parte indolentes, que es lo que sucede cuando un joven, lleno de ardor por la gimnasia, por la caza y por todos los ejercicios del cuerpo, rechaza todo estudio y las conversaciones e indagaciones científicas, esquivando esta clase de trabajos. Otro tanto digo de los que tienen un carácter enteramente opuesto
Glaucón- Nada más cierto.
Sócrates- ¿No deberemos colocar en el rango de las almas imperfectas, con relación al estudio de la verdad, las que, detestando la mentira voluntaria y no pudiendo sufrirla sin sentir repugnancia dentro de sí e indignación para los demás, no tienen el mismo horror por la mentira involuntaria, ni se consideran rebajados a sus propios ojos cuando se los convence de su ignorancia, y antes bien se revuelcan en ella con la misma complacencia que un puerco en el fango?
Glaucón- Sí, sin duda.
Sócrates- No menos atención es preciso prestar para discernir los caracteres francos de los caracteres bastardos en razón de la templanza, de la fuerza, de la grandeza de alma y de las demás virtudes. Por no saber distinguirlos, los particulares y los Estados someten sus intereses, éstos a magistrados débiles e incapaces, y aquéllos a amigos de iguales condiciones.
Glaucón- Eso sucede con demasiada frecuencia
Sócrates- Tomemos, pues, todas las precauciones para hacer una buena elección, porque si sólo dedicamos a los estudios y ejercicios de esta importancia a personas a quienes nada falte ni con relación al cuerpo ni con relación al espíritu, la misma justicia nada tendrá que echarnos en cara, y nuestro Estado y nuestras leyes se mantendrán firmes; pero si dedicamos a estos trabajos personas indignas, sucederá todo lo contrario, y pondremos en completo ridículo a la filosofía.

miércoles, 4 de septiembre de 2013

INTRODUCCIÓN A UNA HISTORIA DE LA FILOSOFÍA




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“... El valor de una filosofía no se mide a razón de cuánta verdad objetiva contenga, sino sólo a razón de su capacidad para servir como punto de referencia (aunque sólo sea polémico) para cada intento de conocerse a sí mismos y al mundo.
Tiene valor en tanto que suscita e inspira a los demás una indagación que lleve a cada uno a hallar su propio camino, del mismo modo que en ella lo encontró su autor...”                            N. ABBAGNANO


Este texto del historiador de la filosofía italiano nos puede ayudar a encontrar el modo de acercarnos correctamente a esta disciplina. La HISTORIA DE LA FILOSOFÍA, como cualquier tipo de estudio histórico, corre el riesgo de ser tomada como una mera recopilación de teorías y anécdotas del pasado que pueden resultar más o menos entretenidas pero que son absolutamente inútiles para nosotros.
Si queremos que el estudio de la filosofía tenga algún sentido  y que las horas que a ella vamos a dedicar sean mínimamente fecundas hemos de olvidar este enfoque para extraer lo que es el centro de una actitud filosófica: la progresiva elaboración de una visión del mundo propia, de un código de valores propio que se pueda llevar a cabo en la propia vida.
Para conseguirlo - lo que no es tarea de un año, desde luego- contamos con la inestimable colaboración de todos aquellos que nos han precedido con un trabajo de reflexión rigurosa, desde la curiosidad radical que define toda actitud verdaderamente humana ante la vida y el mundo.
En un estudio de las ideas que arranca desde el S. VI a. c. nos vamos a encontrar con multitud de teorías que nos pueden parecer absurdas, ingenuas e incluso contradictorias. Vamos a observar cómo un autor contradice al anterior para ser a su vez contradicho por el siguiente. Todo ello conforma un conglomerado en el que veremos cómo se da una continuidad que es en ocasiones difícil de percibir a simple vista. Es una continuidad en la actitud de los filósofos y también de las preguntas que el mundo y la vida nos ponen delante.
No vamos a estudiar la verdad, sino los esfuerzos por lograr el conocimiento de la verdad que desarrollaron a lo largo de la historia una serie de personas destacadas, con todos sus aciertos y errores, pero siempre bajo la premisa de que es preciso luchar por acceder a ella. Siempre con la convicción de que  sólo con esfuerzo se puede uno aproximar al conocimiento, que se encuentra con demasiada frecuencia escondido bajo las apariencias, las costumbres o la cómoda pereza mental.
Saber de memoria lo que otros dijeron, sin una comprensión mínima de cómo llegaron a sus conclusiones y de por qué las alcanzaron es un ejercicio de pérdida de tiempo que resulta tan inútil como estúpido. No podemos conformarnos con lo que nos ha sido dado, sino que debemos esforzarnos por conseguir lo que sea nuestro.

lunes, 3 de junio de 2013

SELECTIVIDAD: CUESTIONES, CRITERIOS DE CORRECCIÓN Y CAMPOS TEMÁTICOS RELEVANTES DE CADA AUTOR.

Os acerco ahora los modelos de examen y criterios de corrección de la prueba de Filosofía en las P.A.U. 2.013. Voy cuestión por cuestión:

CUESTIÓN 1: Sintetiza las ideas del texto mostrando en tu resumen la estructura argumentativa o expositiva desarrollada por el autor. (Es nuestra cuestión 2).
La respuesta debe incluir:
a.-
Cuáles son las ideas o los argumentos principales del texto (1 punto)
b.-
Cómo se relacionan entre sí dentro de su estructura expositiva para llegar a la tesis o conclusión general (1 punto)

CUESTIÓN 2: Define los términos ..., partiendo de la información ofrecida por el texto y completándola con el conocimiento que tengas de la filosofía del autor.(Es nuestra cuestión 1).
La respuesta debe incluir:
a.-
Una definición del término propuesto -o los términos, aclarando su relación-.
b.- La definición debe ser elaborada a partir de la información ofrecida por el texto, haciendo referencias explícitas al uso del término en el mismo.
c.- Se debe complementar con el conocimiento general sobre los términos en la filosofía del autor.
Cada uno de los tres apartados cuenta 1/3 de los 2 puntos que vale la cuestión.

CUESTIÓN 3: Redacción sobre un tema de la filosofía del autor del texto.
La respuesta debe incluir:
a.-
Los contenidos deben centrarse en responder a la formulación concreta del enunciado, sin digresiones innecesarias e incluyendo la explicación y justificación de las ideas expuestas (3,5 puntos).
b.-
La exposición de la redacción debe ser clara y ordenada. (1,5 puntos).

CUESTIÓN 4: Comenta brevemente cualquier aspecto del pensamiento del autor del texto que juzgues de interés : por su relación con el de otros filósofos, con hechos históricos relevantes o con rasgos significativos del mundo contemporáneo. (Esta es la cuestión nueva).
En la respuesta se valorará:
a.-
Los contenidos filosóficos expuestos (0,5 puntos).
b.- La originalidad, su exposición justificada evitando respuestas memorísticas (0,5 puntos).

Los campos temáticos más relevantes de cada autor son los siguientes:

PLATÓN:
Dualismo epistemológico, dualismo ontológico, la Teoría de las Ideas y la Idea del Bien, dualismo antropológico, teoría de la Reminiscencia, Ética platónica, el Intelectualismo moral. Teoría de la educación, Matemáticas y Dialéctica. Teoría del Estado justo y del filósofo gobernante.

DESCARTES: El método cartesiano, Ideal matemático de certeza, duda metódica y criterio de verdad. Concepto de Idea en Descartes y sus tipos. Argumentos demostrativos de la existencia de Dios y del mundo. Dualismo antropológico. Mecanicismo y libertad. Moral provisional.

KANT: Análisis trascendental del conocimiento científico: condiciones del conocimiento científico, concepción trascendental del a priori. El giro copernicano. Crítica trascendental de la metafísica. Distinción entre fenómeno y nóumeno. Limitación del uso teórico de la razón a los fenómenos. Defensa del uso práctico de la razón. Metafísica, crítica e Ilustración.

NIETZSCHE: Crítica de la cultura occidental: de la moral, de la religión, del concepto de Dios. El nihilismo. Vitalismo, voluntad de poder y superhombre. Crítica de la racionalidad decadente. Ser y devenir, apariencia y realidad, la "verdad". Crítica del mundo metafísico.

sábado, 11 de mayo de 2013

ORTEGA, POLÍTICA







Aquí debéis ser capaces de ver algo de Nietzsche y los vínculos de esta cuestión con cosas tales como el regeneracionismo y el problema de España, o el carácter histórico de la razón.
 
La vida humana es personal e intransferible (sólo soy yo y mis circunstancias) pero los demás también son parte de mis circunstancias. Todos necesitamos de los otros por nuestra condición dividida entre mi yo y mi mundo. No puedo ser al margen de los otros, ellos nos limitan e imponen sus creencias, pero también nos agrandan, pues soy todo lo que para los demás soy.
España es un particularismo, ya que en ella la sociedad va por distinto camino que la política, invertebrada como en todo occidente por el advenimiento de las masas al poder, ha triunfado el “hombre masa” (individuo sin aspiraciones ni proyectos, mediocre, decadente, sólo preocupado por la inmediatez de su conciencia. España sufre una enfermedad típica, la aristofobia u odio a los mejores; un nuevo proyecto es criticado por el hombre masa, movido por  envidia, rencor y remordimiento.
Ha triunfado la chabacanería, la ausencia de compromiso social, la ausencia de hombres ejemplares lo que supone un gran peligro en la historia, porque supone generaciones que no cumplen misión y por tanto no hay futuro.
Se debe promover una élite capaz de hacerse cargo de las responsabilidades de su tiempo, que aporte autenticidad, que aporte un futuro. Una aristocracia con individuos conscientes de su misión, ilustrados, que sepan que deben promover leyes justas y lo hagan.
La clave de la regeneración española será la necesaria reforma social y educativa capaz de proporcionarnos  esa élite necesaria.

domingo, 14 de abril de 2013

CATORCE DE ABRIL


Pantocrátor en capitel románico. Toulouse.


El catorce de Abril de 1.931 fue proclamada la Segunda República española. Fue el final del reinado de Alfonso XIII, abuelo del actual monarca, y el fin del sistema político que predominó durante la segunda restauración, conocido como turnismo.
Llama la atención comprobar cómo la mayoría de los intelectuales españoles de la época compartieron una apoyo más o menos decidido a la idea republicana, y conviene fijarse en que ello no se producía necesariamente desde posturas políticas de izquierdas. El republicanismo es común a muchos autores de la Generación del ’98 y, más acentuadamente, entre los de la Generación del ’14, que es como se conoce a los que podríamos considerar herederos del espíritu del ’98 y entre los que destacamos a personajes de la talla de Ortega y Gasset, Azaña, Picasso, Sánchez Albornoz o Américo Castro.
La pérdida de la guerra con Estados unidos provocó al afloramiento de múltiples problemas entre los que podemos destacar el atraso científico y económico, el aislamiento del contexto europeo, la incapacidad para instaurar una auténtica democracia, lastrado su funcionamiento por el caciquismo campante y el pucherazo electoral sistemático.
La monarquía se percibió siempre como una institución comprometida con el sistema, ligada al sistema hasta tal punto que no se concebía un cambio como el que necesitaba España que no pasara por su eliminación. Los ejes centrales de la apuesta republicana de los intelectuales hispanos pasaban por la necesidad de regenerar el sistema político, elevar los niveles de investigación y conocimiento, relegar la tradición religiosa a un lugar desde el que no pudiese lastrar el avance del país y promover un acercamiento a Europa, modelo a seguir dado su desarrollo social, político y económico.
Es muy tentador iniciar un análisis en paralelo de la situación actual. Ya tenemos la crisis que puede marcar a una generación de españoles, tenemos un sistema político deficiente del que la ciudadanía parece considerablemente alejada y que se basa en una alternancia con sospechosos parecidos con el turnismo, se debate con fuerza la estructura misma del Estado, seguimos sin resolver –antes bien parece que agravamos- el problema de la enseñanza y sin darle importancia a la investigación como motor económico. Lógicamente, tras una crisis institucional de semejante envergadura viene el cuestionamiento de la monarquía misma.
¿Es la monarquía una institución tan comprometida con el sistema partitocrático –y sospechamos que cleptocrático- que depende para su supervivencia de la supervivencia del mismo? Esta es la pregunta clave. Los episodios que la familia real lleva algún tiempo protagonizando hacen que mucha gente abandone su postura indiferente hacia la jefatura del estado y lleva a otros a sospechar una connivencia de intereses entre los dos grandes partidos y la institución monárquica.
Por eso ahora, más que en toda la existencia de esta democracia, se vuelve al debate republicano. Por eso ahora, como siempre, la supervivencia de la institución dependerá de su capacidad para impulsar reformas que la hagan útil y la alejen de un patio político que apesta bastante. Como hizo en el ’75 –nos guste más o menos el resultado de aquello-, ganándose unos años de placidez al erigirse en impulsora de un cambio hacia la democracia que ilusionaba a una ciudadanía asustada. Muchos viejos republicanos cedieron en el momento y aceptaron la figura del rey porque, a su juicio, resultaba útil para la restauración democrática. Pero, ¿qué futuro le espera si se acaba percibiendo como un lastre?

jueves, 28 de marzo de 2013

¿UN ROMANCE CONTEMPORÁNEO?

 Este romance pertenece al Romancero Viejo, ese corpus de poemas que han logrado llegar a nuestros días desde la Edad Media y mediando la tradición oral.
¿Tal vez alguno de vosotros podría encontrarle una interpretación moderna? ¿Tal vez vinculada a Descartes y cía. e incluso más acá?
Juguemos un poco...


ROMANCE DEL PRISIONERO

Que por mayo era, por mayo,
cuando hace la calor,
cuando los trigos encañan
y están los campos en flor,
cuando canta la calandria
y responde el ruiseñor,
cuando los enamorados
van a servir al amor;
sino yo, triste, cuitado,
que vivo en esta prisión;
que ni sé cuándo es de día
ni cuándo las noches son,
sino por una avecilla
que me cantaba el albor.
Matómela un ballestero;
déle Dios mal galardón. 


 

lunes, 25 de febrero de 2013

ILUSTRACION

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Ilustración es la forma que tenemos de denominar a una época de la historia –el S. XVIII- con una serie de tendencias intelectuales muy características, especialmente en Francia, Inglaterra y Alemania y en menor medida también en otros países europeos. Si nos ponemos en plan plurilingüe le llamaremos también Lumières, Enlightenment o Aufklärung.
Podemos decir que la característica principal de este movimiento es el optimismo de la razón. No al estilo cartesiano, ya que se tiene bastante claro que la razón no es omnipotente en el orden epistemológico, sino en tanto que se la considera herramienta de emancipación. Liberación del hombre con respecto a la Naturaleza, a la que el desarrollo científico permitirá conocer y dominar, y también en el orden social, que debe ser reorganizado siguiendo los dictados racionales.
 Dejemos que hable Kant, y pronto discutiremos si estamos en una época optimista propiciadora de la liberación humana o en una época dominada por el miedo y por tanto en riesgo permanente de ceder sus libertades a aquellos que “han de salvarnos” de los peligros que nos acechan.
Ilustración es la salida del hombre de su culpable minoría de edad. Minoría de edad es la imposibilidad de servirse de su entendi­miento sin la guía de otro. Esta imposibilidad es culpable cuan­do su causa no reside en la falta de entendimiento, sino de decisión y valor para servirse del suyo sin la guía de otro. Sapere aude! ¡Ten valor de servirte de tu propio entendimiento! Tal es el lema de la Ilustración.
Pereza y cobardía son las causas por las que tan gran parte de los hombres permanece con agrado en minoría de edad a lo largo de la vida, pese a que la naturaleza los ha librado hace tiempo de guía ajena, y por las que ha sido tan sencillo que otros se erijan en sus tutores. Es muy cómodo ser menor de edad. Tengo un libro, que suple mi entendi­miento; a quien cuida del alma, que suple mi conciencia; a un médico, que me prescribe la dieta, etc., de modo que no tengo que esforzarme. No tengo necesidad de pensar, si puedo pagar; otros se encargarán por mí de la enojosa tarea. Aquellos tutores, que se han hecho cargo tan bondadosamente de la supervisión, se cuidan muy bien de que el paso hacia la mayoría de edad sea tenido, además de por molesto, también por muy peligroso por la gran mayoría de los hombres (y por todo el bello sexo).
Respuesta a la pregunta: ¿Qué es Ilustración?  I. Kant. 1784 
 (Traducción de Javier Alcoriza y Antonio Lastra)

lunes, 18 de febrero de 2013

EL PAPA JUBILADO





 F. Nietzsche


En Así Habló Zaratustra Nietzsche nos relata el encuentro entre su protagonista y el último papa, jubilado tras la muerte de Dios. Aquí el relato de esa peripecia.

JUBILADO
No mucho después de haberse librado Zaratustra del mago vio de nuevo a alguien sentado
junto al camino que él seguía, a saber, un hombre alto y negro, de pálido y descarnado
rostro: éste le causó una violenta contrariedad. «Ay, dijo a su corazón, allí está sentada
la tribulación embozada, aquello me parece pertenecer a la especie de los sacerdotes:
¿qué quieren ésos en mi reino?
¡Cómo! Acabo de escapar de aquel mago: y tiene que atravesárseme de nuevo en mi
camino otro nigromante, -
- un brujo cualquiera que practica la imposición de manos, un oscuro taumaturgo por
gracia divina, un ungido calumniador del mundo, ¡a quien el diablo se lleve!
Pero el diablo no está nunca donde debería estar: siempre llega demasiado tarde, ¡ese
maldito enano y cojitranco!» -
Así maldecía Zaratustra, impaciente en su corazón, y pensaba en cómo pasaría rápidamente
de largo junto al hombre negro mirando a otra parte: mas he aquí que las cosas
ocurrieron de otro modo. Pues en aquel mismo instante el hombre sentado le había visto
ya, y semejante a uno a quien le sale al encuentro una suerte imprevista se levantó de un
salto y corrió hacia Zaratustra.
«¡Quienquiera que seas, caminante, dijo, ayuda a un extraviado, a uno que busca, a un
anciano al que con facilidad puede ocurrirle aquí algún daño!
Este mundo de aquí me es extraño y lejano, también he oído aullar a animales salvajes;
y el que habría podido ofrecerme ayuda, ése no existe ya.
Yo buscaba al último hombre piadoso, un santo y un eremita, que, solo en su bosque,
no había oído aún nada de lo que todo el mundo sabe hoy».
«¿Qué sabe hoy todo el mundo?, preguntó Zaratustra. ¿Acaso que no vive ya el viejo
Dios en quien todo el mundo creyó en otro tiempo?»
«Tú lo has dicho, respondió el anciano contristado. Y yo he servido a ese viejo Dios
hasta su última hora.
Mas ahora estoy jubilado, no tengo dueño y, sin embargo, no estoy libre, tampoco estoy
alegre ni una sola hora, a no ser cuando me entrego a los recuerdos.
Por ello he subido a estas montañas, para celebrar por fin de nuevo una fiesta para mí,
cual conviene a un antiguo papa y padre de la Iglesia: pues sábelo, ¡yo soy el último papa!
- una fiesta de piadosos recuerdos y cultos divinos.
Pero ahora también él ha muerto, el más piadoso de los hombres, aquel santo del bosque
que alababa constantemente a su Dios cantando y gruñendo.
A él no lo encontré ya cuando encontré su choza, - pero sí a dos lobos dentro, que aullaban
por su muerte - pues todos los animales lo amaban. Entonces me fui de allí corriendo.
¿Inútilmente había venido yo, por tanto, a estos bosques y montañas? Mi corazón decidió
entonces que yo buscase a otro distinto, al más piadoso de todos aquellos que no
creen en Dios -, ¡que yo buscase a Zaratustra! »
Así habló el anciano y miró con ojos penetrantes a aquel que se hallaba delante de él;
mas Zaratustra cogió la mano del viejo papa y la contempló largo tiempo con admiración.
«Mira, venerable, dijo luego, ¡qué mano tan bella y tan larga! Ésta es la mano de uno que
ha impartido siempre bendiciones. Pero ahora esa mano agarra firmemente a aquel a
quien tú buscas, a mí, Zaratustra.
Yo soy Zaratustra el ateo, que dice: ¿quién es más ateo que yo, para gozarme con sus
enseñanzas?» -
Así habló Zaratustra, y con sus miradas perforaba los pensamientos y las más recónditas
intenciones del viejo papa. Por fin éste comenzó a decir:
«Quien lo amó y lo poseyó más que ningún otro, ése lo ha perdido también más que
ningún otro -:
- mira, ¿no soy yo ahora, de nosotros dos, el más ateo? ¡Mas quién podría alegrarse de
eso!» -
- «Tú le has servido hasta el final, preguntó Zaratustra pensativo, después de un profundo
silencio, ¿sabes cómo murió? ¿Es verdad, como se dice, que fue la compasión la
que lo estranguló,
- que vio cómo el hombre pendía de la cruz, y no soportó que el amor al hombre se
convirtiese en su infierno y finalmente en su muerte?» - -
Mas el viejo papa no respondió, sino que tímidamente, y con una expresión dolorosa y
sombría, desvió la mirada. «Déjalo que se vaya, dijo Zaratustra tras prolongada reflexión,
mirando siempre al anciano derechamente a los ojos. Déjalo que se vaya, ya ha desaparecido.
Y aunque te honra el que no digas más que cosas buenas de ese muerto, tú sabes tan
bien como yo quién era; y que seguía caminos extraños.» «Hablando entre tres ojos, dijo,
recobrado, el viejo papa (pues era tuerto), en asuntos de Dios yo soy más ilustrado480 que
el propio Zaratustra - y me es lícito serlo.
Mi amor le ha servido durante largos años, mi voluntad siguió en todo a su voluntad.
Pero un buen servidor sabe todo, incluso muchas cosas que su señor se oculta a sí mismo.
Él era un Dios escondido, lleno de secretos. En verdad, no supo procurarse un hijo
más que por caminos tortuosos. En la puerta de su fe se encuentra el adulterio.
Quien le ensalza como a Dios del amor no tiene una idea suficientemente alta del amor
mismo. ¿No quería este Dios ser también juez? Pero el amante ama más allá de la recompensa
o la retribución.
Cuando era joven, este Dios del Oriente, era duro y vengativo y construyó un infierno
para diversión de sus favoritos.
Pero al final se volvió viejo y débil y blando y compasivo, más parecido a un abuelo
que a un padre, y parecido sobre todo a una vieja abuela vacilante.
Se sentaba allí, mustio, en el rincón de su estufa, se afligía a causa de la debilidad de
sus piernas, cansado del mundo, cansado de querer, y un día se asfixió con su excesiva
compasión.» -
«Tú viejo papa, le interrumpió aquí Zaratustra, ¿tú has visto eso con tus ojos? Pues es
posible que haya ocurrido así: así, y también de otra manera. Cuando los dioses mueren,
mueren siempre de muchas especies de muerte.
Mas ¡bien! Así o así, así y así - ¡se ha ido! Él contrariaba el gusto de mis oídos y de mis
ojos, no quisiera decir nada peor sobre él.
Yo amo todo lo que mira limpiamente y habla con honestidad. Pero él - tú lo sabes
bien, viejo sacerdote, en él había algo de tus maneras, de maneras de sacerdote - él era
ambiguo.
Era también oscuro. ¡Cómo se irritaba con nosotros, resoplando cólera, porque le entendíamos
mal! Mas ¿por qué no hablaba con mayor nitidez?
Y si dependía de nuestros oídos, ¿por qué nos dio unos oídos que le oían mal? Si en
nuestros oídos había barro, ¡bien!, ¿quién lo había introducido allí?
¡Demasiadas cosas se le malograron a ese alfarero que no había aprendido del todo su
oficio! Pero el hecho de que se vengase de sus pucheros y criaturas porque le hubiesen
salido mal a él - eso era un pecado contra el buen gusto.
También en la piedad existe un buen gusto: éste acabó por decir “¡Fuera tal Dios! ¡Mejor
ningún Dios, mejor construirse cada uno su destino a su manera, mejor ser un necio,
mejor ser Dios mismo!”»
- «¡Qué oigo!, dijo entonces el papa aguzando los oídos; ¡oh Zaratustra, con tal incredulidad
eres tú más piadoso de lo que crees! Algún Dios presente en ti te ha convertido a tu
ateísmo.
¿No es tu piedad misma la que no te permite seguir creyendo en Dios? ¡Y tu excesiva
honestidad te arrastrará más allá incluso del bien y del mal!
Mira, pues, ¿qué se te ha reservado para el final? Tienes ojos y mano y boca predestinados
desde la eternidad a bendecir. No se bendice sólo con la mano.
En tu proximidad, aunque tú quieras ser el más ateo de todos, venteo yo un secreto
aroma de incienso y un perfume de prolongadas bendiciones: ello me hace bien y me
causa dolor al mismo tiempo.
¡Permíteme ser tu huésped, oh Zaratustra, por una sola noche! ¡En ningún lugar de la
tierra me siento ahora mejor que junto a ti!» -
«¡Amén! ¡Así sea!, dijo Zaratustra con gran admiración, por ahí arriba sube el camino,
allí está la caverna de Zaratustra.
Con gusto, en verdad, te acompañaría yo mismo hasta allí, venerable, pues amo a todos
los hombres piadosos. Pero ahora me llama un grito de socorro que me obliga a separarme
de ti a toda prisa.
En mis dominios nadie debe sufrir daño alguno; mi caverna es un buen puerto. Y lo que
más me gustaría sería colocar de nuevo en tierra firme y sobre piernas firmes a todos los
tristes.
Mas ¿quién te quitaría a ti de los hombros el peso de tu melancolía? Para eso soy yo
demasiado débil. Largo tiempo, en verdad, vamos a aguardar hasta que alguien te resucite
a tu Dios.
Pues ese viejo Dios no vive ya: está muerto de verdad.» -
Así habló Zaratustra.

martes, 29 de enero de 2013

EDUCAR / INSTRUIR COMO PARTE DEL DEBATE ENTRE ENTRE LIBERTAD Y TIRANÍA






Ósip Mandelstam



Nadiezhda Mandelstam fue la esposa de Ósip Mandelstam, poeta ruso que sufrió la persecución y el destierro bajo el régimen soviético.
En 1970 se publicaron en Estados Unidos sus memorias, Contra toda esperanza, en las que relata de forma sobria, sin tapujos ni dramatismos exagerados, los últimos años de su marido desde su primer proceso, incoado por ser autor de un poema crítico con Stalin, si bien éste no había sido nunca publicado.
La autora nos cuenta muchas cosas dignas de atención. Esta va sobre la idea revolucionaria de educar al pueblo, idea que contrapone a la de instruir al pueblo:

No debemos olvidar, además, que la idea de educar al pueblo también pertenece a Herzen, aunque él lo suavizó con la fórmula siguiente: "por el camino de las leyes y las instituciones". ¿No radicará en ello el error inicial de nuestra época y de cada uno de nosotros?¿Qué necesidad tiene el pueblo de que lo eduquen? ¡Qué satánico orgullo se necesita para imponerse como educador! Tan sólo en Rusia (sic) la aspiración de instruir al pueblo fue sustituida por la consigna de educarlo. Y el propio Mandelstam, convertido en objeto de educación, fue de los primeros en rebelarse contra su esencia y sus métodos.

sábado, 26 de enero de 2013

SER PROFESOR DE FILOSOFÍA



La estupenda reflexión de un profesor sobre lo que significa ser profesor. Gilles Deleuze responde a algunas preguntas sobre su carrera docente.

SOBRE EL MENOSPRECIO DE LA FILOSOFÍA EN LA SECUNDARIA


 

 Joseph Brodsky.

Por sí misma, la realidad no vale un centavo. Es la percepción lo que confiere significado a la realidad. Hay una jerarquía entre las percepciones (y por consiguiente entre los significados) en la que aquéllas adquiridas mediante los prismas más refinados y sensibles ocupan la cima. Es la cultura, única fuente de suministro, la que aporta a dichos prismas el refinamiento y la sensibilidad; es la civilización, cuya principal herramienta es el lenguaje. La evaluación de la realidad materializada mediante tal prisma -cuya adquisición es un objetivo de la especie- es por lo tanto la más precisa y quizás incluso la más justa. (Ante esto que digo no hay que hacer caso de los gritos de "¡Improcedente!" y "¡Elitista!" que pueden surgir, como no podía ser menos, en los centros del saber locales porque la cultura es elitista por definición, y la aplicación de los principios democráticos a la esfera del conocimiento conduce a  la equiparación de sabiduría e idiotez).

Joseph Brodsky. Prólogo a Contra toda Esperanza, de Nadiezhda Mandelstam